IBERIA NATURA

Dicen que hace muchos años, una ardilla podía cruzar la península Ibérica de lado a lado sin bajarse de los árboles. Eso hoy en día, a cambiado bastante.
Pero tenemos la satisfacción de contar con el país de mayor biodiversidad de flora y fauna de todo el continente europeo.
Más del 12% del territorio español está protegido por alguna denominación como Parque Nacional, Parque Natural, Reserva Natural, Paisaje Protegido, etc. Eso supone la protección de más de 6 millones de hectáreas terrestres y más de 254000 hectáreas marinas.
Es maravilloso caminar por alguno de estos espacios y observar el vuelo de un águila imperial; el ruido de un arroyo precipitándose por una cascada; el escándalo de la berrea producida por el celo del ciervo; el cambio de color de los hayedos en otoño...
Por todo esto y más, me lancé a crear este blog, para que a las personas que les guste caminar y observar la fauna y flora, sepan donde están los rincones naturales más bellos de este increible país de contrastes.
NO SOLO LOS HOMBRES HABITAMOS ESTE PLANETA.
¡¡¡CUÍDALO!!!



26 octubre 2011

CASTANYER GROS d'en CUC

Otro nuevo verano y, por tercera ocasión (cosas de la maldita crisis), nos volvemos a dirigir hacia Cataluña. Como el año anterior no tuvimos más tiempo para realizar excursiones, dejamos en el tintero una ruta en el parc natural del Montseny, en una zona en la que habita uno de los mayores seres vivos de la comunidad catalana, el castanyer Gros d'en Cuc. Por lo tanto, en éste nuevo verano, aprovechamos un día para realizar este trayecto.

Partiendo de la barcelonesa población de Cànoves, se coge una pista forestal (que en un principio está asfaltada) que se dirige hacia el embalse de Vallforners. Antes de llegar a la citada lámina acuática, una cadena nos corta el paso, debiendo estacionar nuestro vehículo en el aparcamiento habilitado a la izquierda de la cadena.

Nuestra excursión comienza en la cadena que impide el paso de vehículos a motor, siguiendo la pista forestal que se dirige hacia el embalse de Vallforners. Nada más atravesar la barrera, cruzamos el sot de Can Font (bache de Can Fuente). Unos metros después, debemos de continuar por la pista forestal de la derecha, puesto que el camino que nos sale a nuestra izquierda, se dirige hacia la parte inferior de la pared del embalse. En este primer tramo del recorrido, el camino, ascendente, sigue en paralelo a la riera de Vallfornès, situada a nuestra zurda.

Al cabo de unos minutos, divisaremos la pared de la presa, muy naturalizada al estar realizada de materiales sueltos. Solamente el aliviadero, situado a la izquierda de la pared del embalse, nos indicará que es una obra humana. Unos metros más arriba, alcanzaremos el pantà de Vallfornès.

Un camino nos sale a nuestra derecha, con indicaciones hacia Can Cuc. Nosotros seguimos recto, puesto que éste camino lo utilizaremos a la vuelta, haciendo de esta excursión una ruta circular. El camino, que ahora llanea, bordea el pantano de Vallfornès, que divisamos en todo momento, a nuestra izquierda.


Éste pequeño embalse, de algo más de 2 hm3, es el que da de beber a las poblaciones de Cànoves y Cardedeu. Durante el trayecto, atravesamos el sot de la Resclosa (bache de la Esclusa, en castellano); además, disponemos de varios "miradores" donde el azul del agua difiere del verde del encinar.

Siguiendo nuestro camino, pronto llegaremos a las inmediaciones de la cola del embalse, donde unos metros después, veremos un nuevo curso acuático, el cuál, vamos a seguir a partir de ahora. Un camino a nuestra derecha, nos indica la dirección hacia el castanyer Gros d'en Cuc. Hacia la izquierda, un camino nos lleva a la cola del embalse. De frente, la pista forestal por la que transitábamos, se convierte en camino y, atravesando el curso de agua que vemos, se dirige hacia la unión del sot de la Font de la Macana y el sot dels Avellaners o de la Blada (bache de la Fuente de la Macana y bache de los Avellanos o de la Blada), donde pasa a denominarse riera de Vallfornès. Por lo tanto, tomamos el camino de la derecha.

A partir de ahora, vamos a remontar el cauce del torrent de la Baga d'en Cuc (torrente de la Baga de en Gusano, traducción literal). De momento, el torrente lo tenemos a nuestra izquierda para, unos metros después, cruzarlo en las inmediaciones de una pequeña cascada que nos surge a nuestra zurda. Unos minutos más tarde, el camino gira hacia la izquierda, separándonos del torrent de la Baga d'en Cuc por un tiempo.

El camino, siempre en ligero ascenso, vuelve nuevamente a transitar por encinares, que es el árbol predominante en esta zona del Montseny. Solo algunas pedreras situadas a nuestra zurda, permiten que contemplemos otro color que no sea el oscuro haz verdoso de la encina.


Unos minutos después, volveremos a conectar con el torrent de la Baga d'en Cuc, situado a nuestra derecha. La verdad es que es un auténtico placer caminar por este tramo de la excursión, puesto que la temperatura baja considerablemente, debido a la humedad existente en este pequeño curso fluvial y a la sombra que nos ofrece la multitud de especies arbóreas del cauce del torrente: alisos, fresnos y sauces crean este magnífico bosque de ribera.



Minutos más tarde, volvemos a cruzar el torrente, que ahora mantenemos a nuestra izquierda. Unos metros después, un camino (que no tomamos) nos surge a nuestra zurda. Si lo siguiéramos, nos llevaría hasta la font de les Bardisses (fuente de las Bardisses). A nuestra derecha, nos aparece la font de les Acàcles (fuente de las Acàcles). Debemos seguir por el camino que transitamos.

Un poco más adelante, cruzamos el sot (bachede Malforat, dejando a nuestra diestra la seca font dels Horts (fuente de los Huertos, en castellano). Unos metros después, llegamos a una nueva bifurcación de caminos. Tomamos el camino de la izquierda que nos indica al castaño Gordo de en Gusano y la casa del Bosc (Bosque). El camino de la derecha lo tomaremos después.

Por lo tanto, seguimos hacia la izquierda. Pocos minutos después, una senda surge a nuestra zurda. El camino que sigue de frente nos llevaría hasta el hostal rural de la Casa del Bosc (donde, aparte del alojamiento, disponen de restaurante). Nosotros, que tenemos nuestros bocadillos en la mochila, tomamos la senda de la izquierda y en muy poco tiempo nos deja en el lugar donde habita el castaño más grande de Cataluña, el castanyer de la Baga d'en Cuc.






Cuando contemplas este majestuoso ser vivo, de casi 12 metros de perímetro de tronco, te das cuenta de la poca cosa que somos los humanos comparados con estas bellezas naturales.







Este castaño, hueco por dentro, puede cobijar a 6 personas perfectamente en su interior. Su tronco principal, fue cortado hace unos años debido a un incendio accidental. Declarado árbol monumental de Cataluña, sigue dando ese fruto tan invernal como son las castañas. Aprovechamos la sombra de éste inmenso castaño para realizar un breve descanso.

Una vez "llena" la tarjeta de memoria de nuestra cámara fotográfica, abandonamos el lugar siguiendo los pasos que nos trajo hasta el castaño, deteniéndonos al llegar al cruce de pistas por el que unos minutos antes, decidimos seguir hacia la izquierda para ver el hermoso árbol. Ahora, debemos de girar hacia nuestra zurda, para comenzar un ligero ascenso hasta que una nueva bifurcación se cruce en nuestra andadura. Tomaremos el camino de la derecha. El que nos sale a la izquierda, zigzaguea hasta llegar al coll del Pou d'en Besa (cuello, o mejor dicho, collado del Pozo de Besa), lugar donde iniciar los ascensos a cumbres como el Sui y Turó del Samon (lo Sui y Cerro del Samon, en castellano).

Nada más tomar el camino a nuestra diestra, volveremos a cruzar el sot de Malforat, para unos metros después, comenzar a llanear. Con la encina acompañándonos durante el trayecto, estamos volviendo hacia el embalse de Vallfornès, con la particularidad de que estamos a unos 250 metros por encima de la lámina acuática. En alguna ocasión, la frondosa vegetación se abrirá para obtener unas fantásticas vistas hacia el embalse, situado a nuestra derecha.

Un camino nos saldrá a nuestra zurda, que no tomamos. Éste camino da acceso a otro que rodea los picos más altos que tenemos hacia la izquierda, el Turó de les Barraques y Turó de la Moixera (Cerro de las Barracas y Cerro de la Moixera). Unos minutos después, volvemos a cruzar el sot de la Resclosa (que abastece al embalse). Ya nos hemos percatado hace un tiempo de que hemos comenzado a descender, buscando la masía de Can Cuc. Unos metros antes de encontrarla, otro camino (que no tomamos) nos vuelve a salir a nuestra izquierda. Éste acaba algunos metros más arriba en las cercanías del sot de Can Font.

Pocos minutos después, nos topamos con la masía de Can Cuc (Gusano), que bordeamos por el camino de la derecha. Una vez hemos atravesado Can Cuc, nos encontraremos una nueva bifurcación de caminos. El de la derecha, nos llevaría al embalse de Vallfornès, que cogeremos después. Por lo tanto, seguimos el camino de la izquierda.

Por éste nuevo trayecto, cruzaremos, después de un corto descenso, el sot de Can Font, donde se ubica, a nuestra izquierda, la font (fuente) de la Moixera. Seguiremos caminando, pudiendo contemplar enfrente nuestro la ermita de Sant (Santo) Salvador de Terrades, donde llegaremos dentro de unos pocos minutos. Durante el camino, podremos observar algunos ejemplares de castaño que, aunque grandes, se encuentran en mal estado. Unos metros después, atravesamos una nueva cadena que impide el paso a los vehículos a motor. Acto seguido, giramos hacia la derecha, puesto que el camino principal (que sigue recto), se dirige hacia la cercana masía de Can Quintana. A nuestra diestra, el camino nos conduce hacia la ermita de Sant Salvador de Terrades, que tenemos a pocos metros.


Esta ermita neogótica erigida en 1930, sustituyó a la antigua capilla que aquí existió desde el siglo XIII.

Otro buen lugar para descansar, mientras contemplamos las vistas que obtenemos de la comarca del Vallès Oriental. Desde la ermita, el camino sigue descendiendo hasta llegar a las inmediaciones de Can Morera y Can Pou (Pozo), ambas masías que junto a otras situadas unos metros más abajo y las observadas de Can Cuc y Can Quintana, forman el Veïnat de Sant Salvador o de Muntanya (vecindario de Santo Salvador o de Montaña, en el idioma de Góngora). Pero nosotros no seguiremos por dicho camino.

Una vez realizado el merecido descanso, volvemos sobre nuestros pasos hasta llegar al cruce de caminos que nos encontramos una vez rebasado Can Cuc.

Ahora, giramos hacia la izquierda. El camino, acementado en algún tramo, va descendiendo paulatinamente. Al principio, obtendremos buenas vistas de la ermita de Sant Salvador de Terrades, erguida en lo alto de un cerro. Unos metros más abajo, un camino nos surge por la izquierda. Dicho camino, que luego se convierte en senda, nos llevaría hasta la masía de Can Morera, atravesando el sot de Can Font. Pero como la edificación no es nuestra meta, seguimos descendiendo por el camino que transitamos.


Unos metros más abajo, el camino comienza a realizar algunos zigzags para salvar el acusado desnivel. Mientras tanto, contemplamos unas bonitas vistas de la comarca del Vallès Oriental, observando pueblos como Cardedeu y el sistema montañoso de el Corredor que nos impide ver la costa catalana.

En un momento dado del descenso, nos percatamos de que una pareja de personas mayores van ascendiendo poco a poco por el empinado camino. Cuando llegamos a su altura, me preguntan cuánto les falta para llegar a Can Cuc. Le respondo y no saben que hacer, si seguir ascendiendo o volverse. Resulta que esta pareja venían de Tortosa únicamente para ver el castanyer Gros d'en Cuc. Les comento que lo mejor que pueden hacer es volverse hasta el embalse y desde allí, seguir el mismo itinerario que hemos realizado nosotros. El hombre no sabe qué hacer. Le explico un poco la ruta a seguir y al final les convenzo. La verdad es que hacía un calor de justicia (por encima de 30º), además de que eran sobre las 2 y media de la tarde, y aún les faltaba lo más duro por subir y, sin sombra ninguna. Por lo tanto, nos acompañaron en la bajada hasta llegar a las inmediaciones del embalse, donde nos despedimos. Me sentí reconfortado con que siguieran mi consejo, puesto que iban a subir mucho más cómodos por el camino que recorre el torrent de la Baga d'en Cuc, puesto que la sombra les iba a beneficiar y que por esa parte del recorrido, está indicado la dirección a seguir hacia el castaño.

Nosotros tomamos el camino hacia la izquierda, siguiendo el mismo recorrido que hicimos al principio de la excursión, pero ahora descendiendo. Unos minutos después, llegaremos a la cadena que impide el acceso a los vehículos de motor, punto y final de nuestra excursión.

Y hasta aquí llega esta bonita ruta, que nos ha servido para conocer uno de los seres vivos más imponentes que existen en la península Ibérica, un precioso ejemplar de castaño que sigue viendo pasar a mucha gente por su alrededor y que permite que los humanos entremos en él para admirarlo. Y de seguro que pensará que toda la admiración que nos provoca, sea para que nos concienciemos de la conservación de éste y de otros muchos, muchísimos árboles, que, aunque inertes, viven en este planeta igual que nosotros y necesitan la protección de los humanos.

Por cierto, para los que le gusten pegarse un remojón. A la izquierda del aparcamiento donde dejamos nuestro vehículo, sale una senda que a los pocos metros nos deja en una pequeña poza de la riera de Vallfornès, donde nos podremos dar un merecido baño bajo la copa de los árboles ribereños. Lástima que yo no me llevase el bañador. 

Recuerden: castanyer Gros d'en Cuc, en el parc natural del Montseny; no lo olvidarán jamás.
 
DATOS RUTA



Tiempo empleado >>> 3,22 horas



ACCESO 

Desde Cànoves tomar una pista forestal asfaltada hacia el N con indicación al pantà (pantano) de Vallforners. Seguimos dicha pista durante más de 1 kilómetro hasta atravesar la riera de Vallfornès por el pont de Muntanya (puente de Montaña, en castellano).

Una vez atravesado el curso acuático, seguir la pista forestal que ahora pierde el asfalto, durante poco más de 1 kilómetro, hasta que veamos que el camino se corta debido a una cadena que impide el paso a los vehículos a motor. Debemos de estacionar nuestro coche a la izquierda, en un aparcamiento habilitado. Durante el trayecto, sólo un camino nos saldrá a nuestra derecha, que no tomamos, ya que se dirige hacia las masías del Veïnat de Sant Salvador o de Muntanya. Atravesaremos en este corto tramo el sot de la Font de la Closa (bache de la Fuente de la Cerrada).

09 septiembre 2011

SENDERO CIRCULAR ARABÍ

Hace unas semanas, estando en mi pueblo, Yecla, una pareja forastera me preguntó sobre el monte Arabí y la forma de acceder a él. Amablemente, les fui explicando la forma de llegar, los puntos de interés, la fauna y flora que se puede contemplar y, por supuesto, les comenté la fama que tiene este pequeño monte, que nosotros, los yeclanos, llamamos "monte mágico".

Como no hace mucho tiempo estuvimos recorriendo este paraje, me animo a publicar una excursión por dicha área natural, a través del sendero de pequeño recorrido PR-MU 91, por el cuál, nuestros pasos estarán seguros de no extraviarnos, siempre que sigamos las marcas blancas y amarillas del citado PR.

A unos cuantos kilómetros de la murciana ciudad de Yecla, el monte Arabí es una montaña aislada, rodeada por cultivos. El modelado kárstico ha ido labrando su fisionomía durante siglos pero, es su parte mística, incluso sobrenatural, lo que lo hace famoso. Recientemente, en el programa de Cuatro, "Cuarto Milenio", han realizado un reportaje sobre este espacio natural . Y es que son algunas personas las que dicen sentirse extraños en este lugar. Pero yo, que no soy demasiado creyente de estas cosas, lo que me deja asombrado de este lugar es su biodiversidad, geología y restos culturales.

Aunque la ruta que narramos hoy, comienza en la denominada casa del Guarda, para acceder a ella, debemos de dejar nuestros vehículos unos metros más abajo, en un ensanche del camino, donde un par de barreras impiden el paso a vehículos motorizados. Un pozo recién reformado, nos servirá de referencia para saber que estamos en el lugar correcto. Desde aquí, se tiene que seguir la indicación vertical hacia la casa del Guarda, donde llegaremos en unos minutos después de un corto ascenso.

Una vez en la casa del Guarda, detrás de ella, aparece el cartel indicador de la excursión que vamos a realizar, que, como hemos citado anteriormente, está balizada mediante las marcas blancas y amarillas del PR-MU 91. Éste es un recorrido circular que nos guía hasta los puntos de más interés del monte Arabí y, además, podemos realizar un par de sendas alternativas para contemplar otros elementos de éste aislado montículo rocoso.

Personalmente, aconsejo adentrarse dentro de estas dos sendas alternativas que, aunque harán más larga nuestra excursión, nos harán ver prácticamente todos los rincones de este bello paraje natural. Aunque eso dependerá del tiempo y las ganas que tengan los excursionistas de recorrer el monte Arabí.

Comenzamos junto al cartel indicador de la ruta que vamos a realizar. Lo primero que hacemos, es dirigirnos hacia la derecha desde el cartel. Vamos a recorrer la primera de las sendas alternativas, que en unos pocos minutos y siguiendo un pequeño camino, nos deja al lado de un campo de petroglifos. Un cartel interpretativo a nuestra diestra, nos servirá de señal para saber que hemos llegado.

Detrás del cartel, una zona rocosa nos muestra varios ejemplares de petroglifos, diseños grabados en la roca que datan del segundo milenio a.C. y algunas cazoletas, huecos realizados al excavar la roca, normalmente de forma circular, también datados en la misma época.

Estos petroglifos y cazoletas, aunque hoy en día se desconoce su misión, posiblemente eran elementos de sentido religioso y cultural, según los estudios realizados.

Una vez contemplado este extraño y místico lugar, volvemos sobre nuestros pasos, observando a nuestra derecha el cerro del Arabilejo, lugar donde hay una buena concentración de cazoletas en su parte más alta. Llegamos de nuevo al cartel indicador de la ruta para ahora girar hacia la derecha y comenzar el recorrido del PR-MU 91. Unos metros después, una vez superara una barrera que impide el paso a los vehículos a motor, continuamos de frente hasta que el camino acaba.

Ahora, tomamos un nuevo camino hacia la derecha. Por él, iremos rodeando el cerro del Arabilejo por la izquierda, teniendo a nuestra zurda unos campos de labor abandonados donde podremos observar el correteo del conejo y el vuelo rasante de la perdiz roja. A nuestra derecha, el Arabilejo nos enseña por esta parte de la ladera, una zona en la que aún sobrevive parte de una muralla de un antiguo poblado atribuido a la edad del Bronce.

Todo aquél que quiera visitar el cerro del Arabilejo, podrá acceder a él dirigiéndose hacia la derecha, campo a través, ya que ninguna senda llega a su cima. Pero el acceso es sencillo y sin pérdida ninguna. Casi arriba del cerro, una pequeña senda nos indica el camino, atravesando la antigua muralla que delimitaba el recinto, y una vez en la cima del cerro, daremos una vuelta contemplando los restos de grandes cazoletas y algunos petroglifos. Para descender, intentaremos hacerlo por el mismo sitio de la subida, aunque lo importante es llegar al camino que transitábamos antes de subir a este otro "mágico" lugar. Esta visita si que es opcional, aunque el poco tiempo que se emplea para subir y bajar a este pequeño cerro unido a lo que nos enseña, hace aconsejable caminar este pequeño tramo extra. Nosotros no lo hicimos, puesto que lo habíamos visitado no hacía mucho tiempo, pero, repito, aconsejo ir.

Seguimos caminando por el ancho camino hasta que éste sigue de frente y las señales blancas y amarillas, nos guían hacia la izquierda, transitando por una senda, la cuál, acaba pocos metros después al llegar nuevamente al camino. Vamos, un atajo. Seguimos hacia la izquierda, adentrándonos poco a poco en la espesura del monte, donde el pino carrasco es el dominador arbóreo del lugar.

Continuamos caminando, observando a la izquierda las paredes rocosas del monte Arabí, pudiendo contemplar el majestuoso vuelo del águila real que, junto al búho real, son las rapaces más importantes de este enclave natural. Unos minutos después, nos daremos cuenta de que el camino se estrecha, convirtiéndose en senda. Ahora nuestros pasos seguirán por ella, rechazando una senda que nos surge por la diestra.

Nuestro caminar por la senda se hace más ameno, puesto que por esta zona la vegetación es más densa y, comenzaremos a observar rocas con extrañas formas, donde nuestra imaginación nos dirá que forma tiene, puesto que no todos coincidimos en su fisionomía.

Unos minutos después, llegaremos a un mirador creado reciéntemente, en el cuál, se observa abajo el recinto donde se encuentran las pinturas rupestres de los Cantos de la Visera I y II, además de una bonita panorámica.

Continuamos siguiendo la hilera de postes que han puesto para crear este mirador hasta llegar a las escaleras (también de nueva realización) que bajamos, continuando nuevamente por la senda hasta llegar a una bifurcación señalizada. Seguimos hacia la derecha en dirección a las pinturas rupestres a donde llegamos en pocos metros.

Por cierto, ha quedado muy seguro el tramo del mirador y las escaleras, pero para mi gusto, deberían de haber utilizado otros materiales de menos impacto visual que el hierro, que altera estéticamente este bello lugar.

Llegamos a la puerta de acceso del área donde están situadas las pinturas en un par de abrigos rocosos; el primero de ellos, Cantos de la Visera I, contiene bastantes figuras de estilo naturalista como caballos y bóvidos siendo el rojo el color principal de las pinturas; el segundo abrigo, Cantos de la Visera II, contiene más figuras que el primero, también de fauna en estilo naturalista y un ave en estilo esquemático además de varias figuras en estilo abstracto. También el rojo es el color predominante. Estas pinturas, junto con la de la Cueva del Mediodía están catalogadas desde 1998 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, dentro del conjunto de Arte Rupestre del Arco Mediterráneo Español.

Hablando de arte, quiero destacar que justo detrás del monte Arabí, ya en la provincia de Albacete, fue donde se descubrió la "Gran Dama Oferente" o "Dama de Yecla", una escultura de la época íbera, datada en el siglo III a.C. y encontrada en el yacimiento íbero del Cerro de los Santos. Hoy en día se expone en el Museo Arqueológico Nacional de España, en Madrid.

Si se quiere visitar las pinturas rupestres de Cantos de la Visera I y II, se deberá pedir información en la Oficina Municipal de Turismo de Yecla (nº de teléfono 968 75 41 04), para solicitar cita para la visita. Nosotros no las visitamos en esta ocasión, puesto que ya las conocemos, pero merece la pena contemplarlas, y más aún si es, como creo, con un guía que nos va a informar sobre ellas... ¡gratis! (aunque no me extrañaría nada que te cobrasen en estos tiempos que corren de recortes sociales). Lo cierto es que vale la pena la visita, puesto que nuestros ojos observarán los primeros trazos pictóricos de nuestros antepasados, pintados hace unos "cuántos" años, entre 10000 y 6500 años.

Volvemos sobre nuestros pasos hasta la intersección que nos ha llevado a las pinturas rupestres para ahora continuar hacia la derecha. 

Unos metros después pasamos bajo la boca de la cueva de la Horadada, flanqueada por un par de grandes pinos carrascos. Nos acercamos a ella por alguna de las varias sendas que se dirigen a la cueva hacia la izquierda.

Una vez en ella, nos asombrará el poder del agua, que ha sido capaz de erosionar la roca hasta el punto de hacer un enorme agujero (reciéntemente denominado "bujero") en el techo de la cueva. También el viento unió sus fuerzas con el líquido elemento para labrar las paredes de la cueva y convertirlas en "panales" pétreos de una extraordinaria belleza. Este será un buen lugar para tomarnos un descanso, en la sombra que nos brinda esta cueva de singulares formas geológicas.

Una vez tomado un respiro, reanudamos la excursión descendiendo hasta la senda por la que caminábamos. Ahora, seguimos hacia la izquierda siguiendo nuevamente la senda. Unos metros más adelante, tendremos que prestar atención a las marcas blancas y amarillas del PR para no extraviarnos, puesto que caminamos por un terreno en donde la senda aparece y desaparece debido al terreno rocoso. Siguiendo recto por las pétreas zonas que recorremos, iremos en la dirección adecuada.

Lo cierto es que esta parte del monte Arabí donde la roca se fusiona con la tierra es realmente preciosa. Aunque tambíen es cierto que es la parte más peligrosa puesto que si ha llovido hace poco, la piedra se vuelve resbaladiza.

Unos minutos después, habiendo ya pasado este tramo rocoso, seguiremos prestando atención a las marcas amarillas y blancas del PR, puesto que por esta zona convergen bastantes sendas que dan acceso a la parte alta del monte Arabí. Nosotros continuaremos la senda en descenso hasta que ésta dá un giro de 180º. Justo enfrente donde se ubica esta trazada de la senda, vemos un cartel interpretativo. Nos acercamos hacia él siguiendo recto.

Una vez en él, avanzamos unos pocos metros para admirar una bonita panorámica de Yecla al fondo y los campos de cultivo que rodean esta isla vegetal llamada monte Arabí. También podremos contemplar una parte de la cara norte del Arabí (que después visitaremos) en este mirador natural.

Volvemos a la senda para seguir hacia la izquierda, siguiendo las marcas del PR en descenso, para unos metros después, observar que la senda se ensancha convirtiéndose en un camino. Atravesamos una antigua cadena que impide el paso de los vehículos y, continuándo en descenso, llegamos a un nuevo camino. Si tomáramos la pista de tierra hacia la derecha, nos llevaría hasta las pinturas rupestres del Canto de la Visera I y II. Por lo tanto, como ya hemos estado allí, seguimos la pista hacia la izquierda. Pocos minutos después, llegamos a otra intersección. A la derecha, el camino se dirige a la casa del Guarda, punto final de nuestra excursión. Pues bien, esta opción la tomaremos después, puesto que ahora vamos a tomar la segunda de las sendas alternativas que nos va a guiar hasta el pozo de la Buitrera y la "puerta de la Iglesia".

Por lo tanto, tomamos el camino hacia la izquierda, atravesando un resalte de tierra para pocos minutos después y pasado nuevamente otro resalte de tierra, girar hacia la izquierda por un nuevo camino.

Este camino por el que ahora transitamos, rodea el monte Arabí por el noreste. No debemos de abandonar el trazado principal del camino en ningún momento. Un par de caminos a mano derecha nos saldrán a nuestro paso, no tomando ninguno. Unos minutos después, un cartel interpretativo a nuestra zurda nos indica la senda que debemos tomar para llegar a la zona conocida popularmente como la "puerta de la Iglesia". Ésta senda la tomaremos después, puesto que ahora debemos de seguir unos pocos metros más por el camino que llevamos hasta que gira bruscamente hacia la derecha y siguiendo por el camino que por esta parte está en malas condiciones, llegamos en unos pocos metros hasta el pozo de la Buitrera.

Llamado popularmente "Pocico de la Buitrera" es el único afloramiento de agua cercano al monte Arabí. Está situado en una rambla rodeado por juncos y su perímetro lo delimita una piedra de forma triangular.

Volvemos hacia atrás, hasta llegar al panel interpretativo que ahora tenemos a nuestra diestra y que nos indica las características de la zona llamada "puerta de la Iglesia". Tomamos la senda de nuestra derecha que en unos minutos y en contínuo ascenso, nos guía hasta la base de un cortado de la parte norte del Arabí de unos 30 metros.

Llamado la "puerta de la Iglesia", puesto que según dicen se le asemeja a la puerta principal de la iglesia de la Asunción o "Iglesia Vieja" de Yecla. Yo la verdad es que no le veo ningún parecido. Yo lo único que le encuentro es que es un lugar maravilloso, rodeado de una bonita vegetación, con grandes portes de enebro de la miera, donde la erosión del agua y el viento hacia la roca, tiene aquí uno de sus máximos exponentes.

Aquí, tumbados en el "prado" que forma la base del cortado, nos tomamos un descanso. En este lugar se respira tranquilidad por todos lados.

Una vez terminado nuestro descanso, volvemos sobre nuestros pasos hasta llegar nuevamente al camino que nos conducía al pozo de la Buitrera. Ahora, tomamos de nuevo el camino pero esta vez hacia la derecha para unos minutos después, girar otra vez hacia la derecha, atravesando, como lo hicimos unos minutos atrás, un resalte de tierra. Unos metros más adelante, volvemos a atravesar el siguiente resalte de tierra para ubicarnos en el mismo lugar en el que anteriormente estuvimos cuando decidimos visitar el pozo de la Buitrera y la "puerta de la Iglesia". Ahora vamos a continuar de frente, siguiendo la indicación hacia la casa del Guarda y la Cueva del Mediodía.

Seguimos por el ancho camino, andando por la falda del monte Arabí, escuchando cualquier sonido provocado por la diversa fauna reinante en este espacio natural. Incluso una pequeña manada de muflones ha colonizado desde hace poco tiempo la "montaña mágica".

Continuamos andando por el camino hasta que nos encontremos un cartel interpretativo a nuestra derecha. Junto a él, una senda se dirige hacia arriba, donde la roca forma una oquedad, la cuál nuestros ancestros aprovecharon para seguir su función pictórica. Tomamos la senda hacia la derecha y en unos pocos minutos nos acerca hasta la base de la Cueva del Mediodía, el otro lugar del monte Arabí donde se conservan pinturas rupestres.


Dichas pinturas las podemos ver en una oquedad vallada por rejas para su conservación. En ellas podemos ver un grupo de figuras divididas en tres partes diferenciadas por el color: rojo oscuro, amarillo y rojo. En éstas encontramos figuras animales, humanas y varios báculos, todas ellas de arte levantino.

Estando en esta "marquesina" natural a última hora del día, podremos observar la llegada de las chovas piquirrojas a sus cantiles, con su ensordecedor graznido, vigilando, como cada día, las pinturas situadas más abajo de sus "casas".

Volvemos atrás hasta el camino y ahora lo seguimos hacia la derecha, para llegar a nuestros vehículos en unos minutos. Pasamos una barrera que impide el tránsito a los vehículos motorizados y llegamos al ensanche donde estacionamos nuestro vehículo. Pero como la excursión la comenzamos en la casa del Guarda, pues nosotros nos dirigimos hacia ella para completar la ruta circular.

Por lo tanto, tomamos el camino que ahora se queda hacia nuestra diestra, volviendo a cruzar otra barrera para que no entren vehículos a motor, ascendiendo unos pocos metros para al cabo de unos minutos llegar a la zona donde se ubica la casa del Guarda.

Antes de llegar a ella, contemplamos en la parte derecha del camino, un bonito ejemplar de pino carrasco, llamado pino de la Casa del Guarda del Arabí, árbol singular del término municipal de Yecla, de 14 metros de alto y más de 3 metros de perímetro de tronco. Junto a él, un cartel nos indica lo anteriormente citado.

Continuamos nuestro camino para al cabo de pocos minutos llegar a la casa del Guarda, dirigiéndonos a su parte trasera para llegar al cartel indicador de la ruta que acabamos de realizar.

Y es en este lugar, donde comenzamos la excursión que nos ha guiado por los lugares más interesantes del monte Arabí, donde termina esta caminata. Lo cierto es que podríamos haber dado como finalizada esta excursión en el lugar donde tenemos los vehículos. La verdad es que no merece la pena volver a subir hasta la casa del Guarda para después tener que volver a bajar hasta nuestro coche. Por lo tanto, aconsejo que se comience la excursión en el ensanche donde estacionamos nuestro vehículo.

A no ser que, como prometieron algún que otro político hace años, a la casa del Guarda la rehabiliten como aula interpretativa del monte Arabí. Un lugar en el que, aparte de la información que nos puedan dar sobre la zona, se establezca un espacio para el conocimiento de la arqueología, la geología, la fauna y la flora del monte Arabí, que no obstante, es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Galones tiene de sobra para esto y para que de una vez por todas, establezcan a la zona del monte Arabí, monumento natural de la región de Murcia.

Pero bueno, eso dependerá de los señores que no hace mucho tiempo votamos.

Una cosa más antes de acabar. Recomiendo acercarnos a la enorme encina que hay cerca de la casa de Don Lucio, que es la edificación que hay justo cuando tomamos el camino de tierra para acceder a la casa del Guarda. La encina de la Casa Don Lucio, con 12 metros de alto y casi 3 metros de perímetro, es una de las mayores de Yecla y tambíen adscrita al mapa de árboles singulares. Porque abrazar el tronco de alguno de éstos seres vivos, siempre es una sensación extraordinaria.

DATOS RUTA


Tiempo empleado >>> 2,40 horas


ACCESO

Desde Yecla tomar la carretera RM-404 dirección Fuente-Alamo. Poco menos de 1 kilómetro después, tomar hacia la derecha la carretera RM-A18 dirección Montealegre del Castillo y seguirla durante más de 14 kilómetros, atravesando el barranco del Burro y el caserío de El Pulpillo.

Sobre esta altura, debemos de prestar atención, puesto que a nuestra izquierda, un cartel nos anuncia que estamos en la zona del monte Arabí, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Tomamos el camino asfaltado situado justo al lado de la señal, hacia la izquierda.

Debemos seguir esta pista asfaltada durante casi 6 kilómetros, dejando atrás una de las entradas al monte Arabí por la derecha, indicada por un poste vertical. A la altura de la casa de Don Lucio, veremos otro poste vertical señalizando el monte Arabí, hacia la derecha. Tomamos este camino que cambia el asfalto por la tierra.

Estando detrás de la casa de Don Lucio, se toma el camino de la derecha para no abandonarlo en todo momento, no cogiendo ningún otro camino que no sea seguir recto, hasta llegar a un ensanche habilitado como aparcamiento donde un par de barreras impiden a partir de aquí, el acceso a vehículos a motor al monte Arabí. Un pozo de reciente rehabilitación nos servirá de referencia para saber que estamos en el sitio correcto. Desde la casa de Don Lucio al ensanche, habremos recorrido menos de 3 kilómetros.

Desde aquí, y ya caminando, tomamos dirección N siguiendo la indicación que nos señala la casa del Guarda. Una vez en ella, se accede a su parte trasera hasta encontrar el cartel que nos indica la ruta que vamos a realizar.

25 junio 2011

ALTO de las BARRACAS

En esta ocasión, vamos a adentrarnos en el parque natural de Puebla de San Miguel, para ascender al pico más alto de la provincia de Valencia y, también, el de más altura de la Comunidad Valenciana, el Calderón o Alto de las Barracas.

Desde la valenciana localidad de Puebla de San Miguel, subiremos por una serie de pistas forestales hasta llegar al collado del pico Gavilán, donde tendremos espacio entre los pinos para estacionar nuestro vehículo.

También se puede realizar el recorrido partiendo desde el núcleo urbano de Puebla de San Miguel, siguiendo las señales blancas y amarillas del PR-CV 131.8 en un principio, para después seguir las indicaciones hacia el pico Gavilán hasta llegar a una bifurcación de pistas donde dos señales nos indican la dirección a seguir al Gavilán o al Pino Vicente. Éste lugar es el collado del pico Gavilán, donde comenzaremos nuestra excursión, o, si no fuese posible el acceso en vehículo hasta éste punto, donde enlazarían los excursionistas que llegasen hasta aquí desde Puebla de San Miguel, como he descrito anteriormente.

Menciono todo lo anterior, puesto que a finales de otoño y en invierno, toda esta parte de la sierra de Javalambre que es a la que pertenece, aparece nevada y, si no se dispone de un vehículo con tracción total, es muy complicado llegar hasta el collado del pico Gavilán.

Lo más sensato en este caso, sería partir desde Puebla de San Miguel, siguiendo la pista asfaltada que lleva a Riodeva, para desviarse hacia la derecha a la altura de la ermita de San Roque. A partir de este momento, una pista forestal nos acompañaría todo este tramo de ascenso. En la siguiente bifurcación tomaríamos la pista de la derecha. En el siguiente cruce también tomaríamos la pista derecha. Aquí, el PR-CV 131.8 se va hacia la izquierda. Nosotros seguiríamos ascendiendo hasta que en una curva cerrada a la izquierda, apareciera una señal del PR que sigue recto por una senda. No tomaríamos dicho desvío, por lo cuál, seguiríamos ascendiendo por pista forestal hasta llegar a la siguiente bifurcación, el collado del pico Gavilán. Ésta ha sido una breve descripción para acceder al punto de inicio de la excursión que hoy narramos, que nos va a llevar al pico más alto de la Comunidad Valenciana.

Comenzamos esta excursión, que más bien es un ascenso, siguiendo la indicación que nos marca la dirección al Pino Vicente. Por lo tanto, desde el cruce seguimos a la derecha para ir descendiendo casi sin darnos cuenta por una pequeña pista forestal, donde los principales habitantes son los pinos silvestres.

Unos minutos después, vemos que nos surge una senda a la derecha, la cuál tomamos. Dicha vía nos lleva en unos pocos minutos hasta un pequeño prado donde se ubica una microrreserva de flora, y, a mano izquierda, se encuentra el Pino Vicente o pino de las Tres Garras, llamado así antiguamente.

Nos acercamos a él para comprobar el hermoso ser vivo que aquí habita. Se le llama Pino Vicente, en honor del forestal Vicente Tortajada, que salvó a este individuo de pino silvestre de la tala para aprovechamiento forestal hace bastantes años. Antiguamente, se le llamaba pino de las Tres Garras, puesto que desde su enorme tronco (casi 4 metros de diámetro), nacen tres ramas principales.

A este ejemplar de pino silvestre se le estima una edad de unos 250 años. Y gracias a éste capataz forestal, hoy podemos contemplar este bello ejemplar botánico.

Una vez completada la observación al Pino Vicente, desandamos nuestros pasos hasta llegar al cruce que tomamos para visitar al inmenso pino.

Ahora giramos hacia la derecha, y continuamos, a partir de este momento, en suave ascenso por la pista forestal cubiertos por la sombra de este bosque de pino silvestre.

Unos minutos después, una nueva senda nos sale a nuestra diestra. En ella, una señal de madera pintada en su punta con los colores blanco y verde, nos señala la dirección a seguir hacia el pico Calderón.

Seguimos dicha senda a mano derecha. En estas alturas, vemos bonitos ejemplares de pino silvestre. Continuando por la senda que poco a poco se va ensanchando, siguiendo las marcas de pintura blancas y verdes, llegamos a una zona donde, hacia la izquierda y por primera vez, podemos divisar nuestro objetivo, el pico Calderón.


La verdad es que el pico no sobresale del bosque de pinos silvestres. Nosotros seguimos ascendiendo girando gradualmente hacia la izquierda hasta alcanzar el cordal de la montaña. Ahora, una nueva especie botánica aparece a nuestros pies, la sabina rastrera, que aquí forma unas buenas manchas vegetales.


Seguimos subiendo ya por el cordal cruzando otra microrreserva de flora, donde la anteriormente citada sabina rastrera, es la especie predominante.


Continuamos ascendiendo, en dirección N, por el cordal que poco a poco se vuelve más pedregoso.

Las vistas hacia la derecha hacia la sierra de Javalambre en su parte turolense deben de ser bonitas, y digo deben, porque no las vimos, ya que una densa niebla se había instalado en dicha zona.

Estamos muy cerca del vértice geodésico del pico Calderón, donde en sus inmediaciones, bonitos ejemplares de pino silvestre resisten a la altura, al frío y al viento, además de a las nieves.

Unos metros más arriba, llegamos a la cumbre del pico Calderón o Alto de las Barracas, a 1837 metros de altura.

Con la ayuda de unas cuántas "grapas", subimos al vértice geodésico más alto de la Comunidad Valenciana, pero más bajo que su vecino, el pico Javalambre, ya en tierras aragonesas.

Y es aquí donde acaba esta ruta, donde, si el tiempo nos lo permite, podremos divisar toda la sierra de Javalambre en su parte turolense, incluso el pico Javalambre, rodeado de antenas, hacia levante.

Nos tomamos un breve descanso, contemplando lo que la niebla nos deja ver, y, respirando este aire tan puro que la naturaleza nos ofrece.


En una parte de la sierra turolense se ubica la estación de esquí de Javalambre, una de las dos que existen en la provincia de Teruel, donde, sobre todo, muchos esquiadores valencianos practican este deporte invernal.

Y aunque ahora, esa capa blanca no cubra la cima del pico Calderón, tiene que ser una maravilla realizar dicha excursión cuando la nieve haga acto de presencia en este bellísimo enclave natural, en esta zona del Rincón de Ademuz, dentro del parque natural de Puebla de San Miguel.

DATOS RUTA



Tiempo empleado >>> 50 minutos


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ACCESO

Desde Puebla de San Miguel, tomar la pista asfaltada que se dirige hacia Riodeva.

En menos de 1 kilómetro y junto a la ermita de San Roque, tomamos una pista forestal hacia la derecha con indicaciones (si mal no recuerdo) hacia Riodeva y pico Gavilán. Desde el pueblo hasta aquí, hemos atravesado la rambla del Castellar y el barranco del Saladillo.

Seguir por dicha pista forestal durante algo más de 1 kilómetro hasta encontrarnos con una bifurcación, en la cuál seguimos hacia la derecha, siguiendo la dirección a Riodeva y pico Gavilán.

Continuamos por la pista forestal durante casi 3 kilómetros hasta llegar a un nuevo cruce de caminos. Giramos nuevamente a la derecha, siguiendo las indicaciones al pico Gavilán. El camino que sigue de frente nos llevaría a los turolenses pueblos de Riodeva y Camarena de la Sierra.

Transitando por ésta última pista forestal, llegaremos en algo más de 3 kilómetros al collado del pico Gavilán, donde el camino vuelve a bifurcarse. Un par de señales señalando la dirección del pico Gavilán hacia la izquierda y el Pino Vicente hacia la derecha, serán la clave de que estamos en el collado.

Estacionaremos nuestro vehículo en las cercanías de éstas señales, en algún lugar donde nuestro coche no entorpezca al tránsito de la pista forestal, por ejemplo, bajo la sombra de algún pino silvestre.

19 mayo 2011

PINTURAS RUPESTRES

En esta nueva incursión por el medio natural, nos dirigimos hacia una zona del suroeste de Teruel donde el verde y el rojo son los colores predominantes y, donde un museo al aire libre, nos permite contemplar los primeros trazos de arte de nuestros antepasados, hace más de 7000 años. Como alguno ya habrá podido adivinar, nos encontramos en el paisaje protegido de los Pinares de Rodeno.

Cercano al turolense pueblo de Albarracín, este espacio natural, perteneciente a la sierra de Albarracín, nos muestra su flora, fauna, geología y arte, fusionandose en un enclave de formidable belleza.

Para iniciar esta excursión, dejaremos nuestros vehículos en el parking del Navazo. Cruzaremos la carretera y ya veremos la primera señal vertical que nos va a indicar nuestro recorrido. Ésta primera que vemos, nos indica la dirección a seguir (hacia la derecha) para llegar al punto de partida de nuestra ruta. Seguimos esa dirección por un sendero que unos metros después concluye en el área recreativa del Navazo, punto de inicio de nuestra excursión.

Nuestro camino comienza justo en la entrada del área recreativa del Navazo, donde se ubican mesas con bancos de madera y un pequeño parque infantil. Una serie de señales verticales de color verde con la denominación S2, son las que nos saldrán al paso cada cierto tiempo siendo casi imposible extraviarse; también nos saldrán en nuestro camino otras señales, éstas pequeñas, rojas y con la figura de un arquero, que nos indican la dirección de los abrigos que vamos a poder observar en este recorrido, puesto que el paisaje protegido de los Pinares de Rodeno comparte bastante territorio con el parque cultural de Albarracín.

También la primera parte de nuestra excursión coincide con el itinerario denominado S3. Por lo tanto, cualquiera de las dos denominaciones (S2 o S3), serán nuestro recorrido correcto.

Comenzamos nuestro recorrido atravesando el área recreativa del Navazo, por un ancho sendero bien marcado que comienza a ascender.

Después de unos minutos, a mano izquierda surge una senda que nos guía hasta el primero de los abrigos. Nos dirigimos hacia él. Se trata del abrigo de la Cocinilla del Obispo, que si mal no recuerdo fue el segundo que se encontró en esta zona, siendo el primero el abrigo de los Toros del Prado del Navazo, ambos en 1892. En el abrigo donde nos encontramos, lo que veremos principalmente serán grandes toros pintados en blanco.

Volvemos al camino principal, siguiendo a la izquierda.

Continuamos caminando por la senda, pasando bajo la sombra de los pinos rodenos, que son los portes arbóreos dominantes en éste área natural. Éste pino, también llamado resinero (puesto que antiguamente se le extraía la resina para la obtención de barnices) o marítimo (hace algunos siglos su madera era muy demandada para la construcción de mástiles de algunas embarcaciones), es el pino peninsular con las hojas (acículas) más grandes.

Nuestro caminar, sobre pequeños claros entre la fronda del pino rodeno y el matorral montuno, es sosegado, intentando adivinar la localización de alguna de las aves forestales que con su voz, ponen la banda sonora en este bosque turolense.

Unos minutos más tarde, nos encontramos con la primera bifurcación de nuestra excursión. Al frente, una senda se va internando en el bosque. Es el itinerario denominado S3: Recrativo del Navazo - La Losilla, un itinerario circular de algo más de 14 kilómetros. Nosotros seguimos por nuestro recorrido, que es el S2, por lo tanto, continuamos hacia la derecha.

Comenzamos un corto descenso hasta llegar a las inmediaciones de un arboretum o arboreto. Nos internamos en él por la entrada ubicada a nuestra zurda.

Este arboreto no es más que un jardín botánico de las especies arbóreas y arbustivas que se encuentran en el área de los Pinares de Rodeno. Vamos recorriendo las sendas a derecha y a izquierda para contemplar a todas las especies plantadas aquí.

En una de esas sendas, una señal roja con el símbolo del arquero hacia la izquierda, nos indica la dirección a seguir para poder contemplar otro abrigo.

Seguimos la señal, y a los pocos metros, nos encontramos con el abrigo del Arquero de los Callejones Cerrados. En esta pintura vamos a poder observar a un arquero pintado de rojo tensando un arco.

Ésta pintura rupestre, es el símbolo del Parque Cultural de Albarracín.

Volvemos sobre nuestros pasos, y girando hacia la izquierda, seguimos por la senda principal del arboreto. Unos metros más adelante, tomamos la senda de la izquierda que nos lleva hasta una especie de refugio triangular, que construyeron los resineros en sus días de trabajo para (me imagino) resguardarse de las inclemencias del tiempo.


Seguimos por la senda de la derecha donde una señal nos indica la distancia hacia un mirador. Nuevamente en la senda principal del arboretum, giramos a la izquierda, continuando por dicha senda para al cabo de unos pocos minutos llegar al mirador de Peñas Royas.

Estamos en un buen lugar para realizar un pequeño descanso y maravillarnos con las increibles vistas que nos ofrece este mirador.



Un tupido bosque dominado por el pino rodeno en donde la arenisca roja le quita protagonismo al oscuro verde del pinar.




A lo lejos, se observa el pueblo de Gea de Albarracín. Y nuestra vista nos hace creer que ciertos pinos crecen desde la misma base de la roca arenisca. ¡Qué espectáculo!.

Cuando nuestras retinas se hayan saciado de la fenomenal vista de 180º que nos proporciona este mirador, reiniciaremos nuestra excursión volviendo sobre nuestros pasos, caminando por la senda principal del arboreto.


No tomaremos ninguna de las dos sendas (hacia la derecha) que dan acceso al refugio de resineros, por lo tanto, transitaremos por la senda principal del arboretum, hasta llegar al cruce que nos indica la dirección para visitar el abrigo del Arquero de los Callejones Cerrados.

La senda que nos lleva a él (la que tomamos unos minutos antes) gira a la derecha. Nosotros tomamos ahora la senda de la izquierda que nos saca del arboreto por un nuevo acceso. Nada más cruzar la barrera de madera que delimita el arboreto, giramos a la derecha por un camino, al que unos metros más adelante, se le une por la derecha la senda que viene desde el área recreativa del Navazo y que nosotros abandonamos hace ya algunos minutos, para entrar en el arboretum unos metros más arriba a la diestra.


Por lo tanto, debemos de continuar nuestra excursión hacia la izquierda.

Seguimos por este nuevo camino, para encontrarnos, unos minutos después, una senda hacia la derecha que nos guía hasta un nuevo abrigo. La tomamos y en pocos metros nos deja en un pequeño roquedo, donde se ubica el abrigo de los Dos Caballos, donde los principales trazos son de caballos pintados en color rojo.

Volvemos al camino, giramos hacia la derecha y continuamos nuestra excursión. Pasaremos al lado de algunas formaciones de roca con una forma especial, donde algunas personas practican la modalidad de escalada denominada "boulder", difícil técnica de escalada puesto que, aunque normalmente las rocas a subir son cortas (sobre 5 metros), no se utiliza ningún objeto de seguridad, teniendo en cuenta que el trayecto a subir tiene pasos complicados. Existen carteles donde señalan las fechas en las que los escaladores tienen prohibida la subida.

Nosotros, que algún que otro rocódromo corto hemos hecho, ni se nos pasa por la cabeza ponernos a subir por la roca, y más, sin tener ningún elemento de seguridad (como por ejemplo, una colchoneta) para amortiguar una posible caída. Aunque recuerdo a mi mujer, hace algún tiempo, subir una roca limosa cuál salamanquesa común... ¡parecía que tenía ventosas en las manos!.

Continuando nuestra ruta, seguimos descendiendo ligeramente por el camino hasta que una nueva senda hacia la derecha, nos indica la dirección a seguir para visitar un abrigo más. Tomamos la citada senda y al cabo de unos metros nos encontramos en otro pequeño roquedo, el abrigo del Medio Caballo, donde se pueden contemplar sobre todo caballos en un color rojizo. Justo al lado de ésta pintura rupeste, a la derecha, se encuentra la covacha de las Figuras Amarillas, donde podemos ver figuras humanas en color anaranjado, perteneciendo ésta última al ciclo esquemático.

Volvemos sobre nuestros pasos hasta el camino, giramos nuevamente hacia la derecha y al cabo de unos pocos minutos, volvemos a encontrarnos otra senda que nos guía hasta los dos últimos abrigos que hay en nuestro recorrido. Tomamos la senda y en unos pocos metros, ésta se bifurca. Seguimos la senda de la derecha que nos conduce hasta el abrigo del Ciervo, siendo su pintura principal un ciervo de color rojo. Lo cierto es que a nosotros nos costó bastante identificar la ubicación exacta de la pintura.

Volvemos hacia la bifurcación, siguiendo ahora recto para visitar el abrigo de las Figuras Diversas, donde se pueden observar pinturas de figuras animales y humanas en colores rojo y negro. Volvemos otra vez a la bifurcación, para ahora ya volver al camino, donde giraremos a la derecha y seguiremos por él hasta llegar a la carretera VF-TE-05, unos minutos después.

Estos dos últimos abrigos, también se ubican en dos pequeños roquedos separados por unos pocos metros. Dará igual cuál visitar primero, si el de la derecha (Ciervo) o el de la izquierda (Figuras Diversas). Desde que abandonamos el arboretum, hemos contemplado cuatro abrigos, en la zona conocida como el Arrastradero. Solamente nos ha faltado uno por visitar, el abrigo de Doña Clotilde, perteneciente al ciclo esquemático, y que se accede por la carretera que se dirige hacia Bezas, en sentido contrario al que vamos a tomar.

Una vez en la carretera, girar hacia la derecha en dirección a Albarracín, caminando, como no puede ser de otra forma, por el margen izquierdo de la carretera, prestando atención a los vehículos que circulan por ella, puesto que la calzada es pequeña. Por cierto, esta parte de nuestro recorrido por la carretera, está balizada por las marcas rojas y blancas del GR-10.

Unos pocos minutos después, llegamos a las inmediaciones del área recreativa del Navazo. Por lo tanto, cruzamos la carretera y accedemos al área recreativa por la derecha hasta llegar al punto de partida de nuestra excursión, donde se ubican los bancos y mesas de madera.

Y aquí concluye nuestra excursión de hoy, que, aunque corta (menos de 3 kilómetros), cuando se termina y se mira el reloj, exclamas: "¡Como a podido pasar tanto tiempo!. La respuesta es sencilla: las manos de nuestros ancestros nos dieron la oportunidad de descubrir su mundo en un espacio natural de excepcional belleza, los Pinares de Rodeno de la sierra de Albarracín.

Nosotros, después de comer, nos dimos una vuelta para visitar más abrigos que hay cerca de aquí, como los abrigos de los Cazadores del Navazo, de Lázaro, del Tío Campano y, el más importante, y también el más famoso, el abrigo de los Toros del Prado del Navazo, el primero que descubrieron en esta zona. Un friso rocoso de 4 metros en el que hay pintadas 19 representaciones, sobre todo toros, casi todas ellas en color blanco; éste abrigo lo comparo con el "Guernica" de la época neolítica.

El abrigo de la Fuente del Cabrerizo nos pilla un poco lejos, dejando su visita para otra ocasión en la que vengamos a recorrer y observar más pinturas rupestres dentro del paisaje protegido de los Pinares de Rodeno.

El parque cultural de Albarracín incluye los conjuntos de arte rupestre de El Rodeno (Albarracín), Tajadas (Bezas) y del Prado (Tormón) y las zonas de grabado rupestre de Pozondón y Ródenas. Casi la totalidad de las pinturas rupestres son del ciclo levantino y algunas, del ciclo esquemático. Hasta 26 sitios rupestres se pueden visitar. Todo este conjunto está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, dentro del conjunto de arte rupestre del Arco Levantino.

Naturaleza y arte unidos. Y... ¡Gratis!. ¿Qué más se puede pedir?.

DATOS RUTA


Tiempo empleado >>> 1,15 horas


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ACCESO

Desde Albarracín, tomar la carretera VF-TE-05 dirección Bezas o Valdecuenca.

Seguir por esta vía atravesando la rábita de las Maestras (un pequeño curso de agua), el barranco Undiago y 2 barrancos o arroyos estivales. Después de casi 4 kilómetros, llegamos al parking del área recreativa del Navazo, a mano derecha.

Dejaremos nuestro vehículo aquí, cruzaremos la carretera y nos adentraremos en el bosque de los Pinares de Rodeno a través de una senda que se dirige hacia la derecha y al cabo de unos pocos minutos, llegaremos al área recreativa del Navazo, lugar de inicio de esta excursión.