IBERIA NATURA

Dicen que hace muchos años, una ardilla podía cruzar la península Ibérica de lado a lado sin bajarse de los árboles. Eso hoy en día, a cambiado bastante.
Pero tenemos la satisfacción de contar con el país de mayor biodiversidad de flora y fauna de todo el continente europeo.
Más del 12% del territorio español está protegido por alguna denominación como Parque Nacional, Parque Natural, Reserva Natural, Paisaje Protegido, etc. Eso supone la protección de más de 6 millones de hectáreas terrestres y más de 254000 hectáreas marinas.
Es maravilloso caminar por alguno de estos espacios y observar el vuelo de un águila imperial; el ruido de un arroyo precipitándose por una cascada; el escándalo de la berrea producida por el celo del ciervo; el cambio de color de los hayedos en otoño...
Por todo esto y más, me lancé a crear este blog, para que a las personas que les guste caminar y observar la fauna y flora, sepan donde están los rincones naturales más bellos de este increible país de contrastes.
NO SOLO LOS HOMBRES HABITAMOS ESTE PLANETA.
¡¡¡CUÍDALO!!!



22 mayo 2009

CAÑÓN del LUCHENA

Vamos a seguir desmitificando de que en la Región de Murcia no hay agua; ésta existe, y no me refiero al río Segura, sino a un río en especial, que gracias a la labor del hombre de estancarlo mediante embalses, riega la huerta lorquina. Me refiero al río Luchena.

Situado en la sierra de Pericay, en una gran masa forestal que sirve como "pulmón verde" a la comarca alta de Lorca junto con la sierra del Gigante; límite fronterizo con la vecina provincia de Almería, lindando con el parque natural de Sierra de María - Los Vélez.

Partiendo del pequeño pueblo de Zarcilla de Ramos (Murcia), una pista asfaltada nos conducirá hasta el embalse de Valdeinfierno. A los pocos metros de aquí, el asfalto cambia a tierra, y unos kilómetros después, llegaremos a nuestro destino, la casa forestal de Iglesias.

Es en esta citada casa, hoy reconvertida en albergue turístico, donde comenzará nuestro itinerario.

Iniciamos nuestro recorrido por el camino que se dirige hacia La Fuensanta, que es el que se situa justo enfrente de la casa forestal de Iglesias.

El camino, o mejor dicho, la pista forestal de tierra nos lleva en sentido ascendente, tras unos minutos, a un cruce de caminos. Tomamos el ramal izquierdo, ya que el derecho nos llevaría hasta el citado pueblo de La Fuensanta.

Siempre en ligero ascenso, bordearemos el Cerro de los Machos, contemplando a nuestras espaldas la sierra del Gigante.

Seguiremos nuestro camino, rodeados de la gran masa arbórea que representa el pino carrasco, hasta llegar al collado de la Carrasca.

Cogemos el camino de la izquierda, ya que el de la derecha nos llevaría por la ruta de la Hoya del Navajo. De todas formas, unos carteles de madera nos indicarán nuestra correcta dirección, la ruta del río Luchena.

A partir de aquí, el camino comienza a descender. Si miramos hacia el cielo, seguramente tendremos la inmensa suerte de contemplar el vuelo de los buitres leonados, que tienen por estas sierras su zona de expansión, siendo uno de los pocos lugares donde pueden ser observados en la Región de Murcia.

Al principio, el camino discurrirá en paralelo a un barranco, cruzándolo en tres ocasiones. Siguiendo camino abajo, visualizaremos por primera vez por la izquierda, el cauce del río Luchena, por el cañón normalmente seco y bastante más abierto.

Mientras seguimos nuestro descenso, engatusados por el paisaje, cruzaremos el barranco de los Machos, para pocos minutos después, coger el camino que nos sale de la izquierda.

Si mal no recuerdo, hasta ahora, todo el trayecto está balizado, en su primera parte con marcas de PR (franjas amarillas y blancas) hasta el collado de la Carrasca; y desde éste, algunas señales de madera nos indican los kilómetros recorridos hasta llegar al punto donde nos encontramos.

Seguimos el citado camino, que pasa al lado de una caseta correspondiente a una antigua explotación minera, hoy en desuso. Giramos hacia la izquierda y el camino se va estrechando poco a poco hasta convertirse en una senda que tiene su fin en el barranco de los Machos. Bueno, y es entonces, donde nos podrán surgir algunas dudas, ya que el camino - senda se termina. Pues bien, hay que seguir el cauce del barranco de los Machos en dirección descendente, hacia la derecha, sin atravesarlo en ningún momento, o sea, seguir por la derecha del cauce hasta encontrar la senda por la cuál transitaremos rodeados de pinos carrascos hasta llegar a la casa de la Chiripa, edificación usada antiguamente por la Confederación Hidrográfica del Segura. Si en algún momento no sabemos que senda coger, ya que esta se bifurca en varias ocasiones, recomiendo transitar por la más grande, aunque todas van a parar al mismo sitio y de todas formas, sabemos que tenemos que llegar hasta la casa que está ubicada un poco más arriba del seco cauce del río Luchena. Hasta la citada casa, el camino debería de estar balizado, aunque desde que se coge la senda, particularmente no ví ninguna señal ni pintura que me guiase.

Podría decirse que estamos en la mitad de nuestra excursión y estamos en un buen lugar para descansar un buen rato y reponer fuerzas a la sombra del hermoso pino instalado al lado de la casa de la Chiripa.

Una vez nos hayamos repuesto, volveremos a utilizar nuestras extremidades inferiores para bajar al cauce seco del río Luchena. Una vez en él, iremos hacia la derecha para pocos minutos después observar el milagro: el nacimiento del Luchena, también llamado Ojos del Luchena.

Éste brota en el acuífero llamado Pericay - Luchena, que junto a su gran caudal de agua (según estudios llega a 340 litros por segundo) y su transparencia, es una fuente de vida para muchos animales.

En este grupo faunístico, extraños hoy en día en nuestra comunidad, conviven: tortuga mora, galápago leproso, pito real, barbo gitano, etc.

Una vez nos hayamos repuesto de la emoción de contemplar este bellísimo lugar, continuaremos con nuestra ruta, desandando nuestros pasos y continuando cauce arriba por el cañón del Luchena, es decir, llegar hasta donde nos habíamos quedado al bajar de la casa de la Chiripa.


Siguiendo en línea recta, poco a poco nos iremos adentrando en el cañón, que aunque normalmente no lleva agua, el escenario es maravilloso.



La comunidad florística de este angosto y escarpado cañón es impresionante: tarays, carrizos, lentiscos, sabinas, etc.

Intentaremos seguir la marcada senda, aunque en algunos tramos tengamos que vadear el cauce debido bien a las últimas lluvias caídas por la zona o bien por las filtraciones que tiene el embalse y que dejan un minúsculo cauce de agua. De todas formas, nosotros seremos los que elijamos el camino más conveniente ya que no hay ninguna salida en el citado cañón (a no ser que seamos parientes de los arruís, que observaremos si es que nuestras bocas permanecen selladas).

Y así, entre vistazo a los árboles y arbustos, y miradas hacia los laterales en busca de algún ejemplar de muflón del Atlas, continuaremos nuestra caminata entre paredes verticales de más de 100 metros de altura en varios tramos, atravesando un estrecho paso de unos 3 metros de ancho y contemplando el majestuoso vuelo de los buitres leonados esperando que muera algún animal para tener garantizada la comida, poco a poco iremos observando que el cañón se va ensanchando hasta llegar a las inmediaciones de la presa del embalse de Valdeinfierno.

Y ahi que llegar casi hasta el pie de la presa para subirla mediante unas escaleras de cuyos escalones no quiero acordarme... (como diría Cervantes) y aunque quisiera, no lo recuerdo porque perdí la cuenta cuando pasé de 250.

Y para acabar con la aventura de los escalones, un poco de equilibrismo para sortear la puerta de entrada a las escaleras, que como no podía ser de otra forma, está cerrada mediante un buen candado y me da la risa cuándo las temblorosas piernas intentan mantener el equilibrio después de unas cuántas horas andando y de la "relajación" que llevan después de subir unos "cuántos" peldaños.

Una vez habiendo sorteado dicha puerta, es el momento adecuado para tomarnos un merecido descanso. Podemos observar el embalse de Valdeinfierno cruzando la pista asfaltada, comprobando como la lámina de agua recoge los caudales de varias ramblas y barrancos y principalmente, del río Caramel o del Alcaide.

Siguiendo la pista asfaltada hacia la izquierda, ahora debemos de seguir el mismo itinerario usado anteriormente cuándo íbamos en nuestro vehículo en dirección a la casa forestal Iglesias.

Por lo tanto, al poco tiempo de pasar por las casas del embalse, el asfalto acaba, imponiendose la tierra. Debemos seguir por la pista de tierra, ya que todos los caminos que nos vayan saliendo llevarán a fincas privadas. Así, hasta llegar a la bifurcación de caminos que a mano izquierda nos llevará al punto de partida. El camino de la derecha se dirige hacia una cantera, que personalmente, creo que es el punto amargo de la excursión, bien por la vista o por el estruendo que genera.

Continuamos en ligero ascenso siempre transitando por la pista de tierra, aunque una senda nos saldrá a mano derecha (se dirige a la cantera) y otras dos a mano izquierda (ambas van a una finca privada), hasta pasados algunos minutos, llegar a nuestro destino, la casa forestal de Iglesias, lugar donde empezamos esta preciosa excursión que nos ha llevado a conocer uno de los espacios naturales más desconocidos de Murcia pero a la vez más bellos, la lorquina sierra de Pericay.

DATOS RUTA


Tiempo empleado >>> 3,52 horas

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ACCESO

Desde Zarcilla de Ramos coger una pista asfaltada y seguir las indicaciones hacia el embalse de Valdeinfierno y albergue turístico casa forestal Iglesias.

Nada más salir del pueblo, tomar el asfalto de la izquierda para después, en un cruce, seguir recto. A partir de dicho cruce, tendremos que seguir por la pista asfaltada hasta llegar al embalse de Valdeinfierno. Desde el pueblo hasta el embalse hay más de 11 kilómetros, atravesando rambla Salada y el núcleo rural de Las Talas.

Desde el embalse, a los pocos metros el asfalto se convierte en tierra y en el siguiente cruce de caminos, girar a la izquierda siguiendo la indicación hacia el albergue hasta llegar a él. Poco más de 3 kilómetros separan la presa de Valdeinfierno de la casa forestal Iglesias.

Tenemos la opción de volvernos en dirección a La Fuensanta. Si optamos por este trayecto, tendremos que coger el camino que se sitúa justo enfrente de la casa forestal Iglesias, señalizado en piedra hacia La Fuensanta. En el siguiente cruce de caminos, seguir hacia la derecha y continuar por toda la pista de tierra, teniendo en cuenta que deberemos de seguir siempre el camino más ancho. Sólo un camino nos podrá despistar pero nuestra dirección a seguir será la izquierda. Los demás caminos que nos salen al paso son pequeños y bastante diferenciables del nuestro. Así, iremos descendiendo por la sierra hasta llegar a una larga recta que termina en la pista asfaltada que va desde La Fuensanta a Zarcilla de Ramos. En este cruce seguiremos hacia la derecha por el citado asfalto hasta llegar a La Fuensanta.

En el trayecto atravesaremos la rambla de la Fuente, el barranco del Agua y el del Lobo. Creo recordar que hay al menos un par de áreas recreativas por esta zona.

De la casa forestal Iglesias al cruce de la pista asfaltada que va de La Fuensanta a Zarcilla de Ramos hay 12 kilómetros. Y desde este cruce hasta el pueblo de La Fuensanta dista algo más de 2 kilómetros.

Este último trayecto es muy recomendable puesto que circula por toda la sierra hasta llegar a la gran recta en el que el bosque desaparece. Pero solo hay un pero para no realizarlo, y no es ni más ni menos que la pista es de tierra y si ha llovido recientemente, se pueden organizar zonas embarradas que nos dificultarán nuestra circulación. Es muy aconsejable si se tiene un vehículo todo terreno, ya que el barro no será ningún incoveniente, más bien será un aliciente.

1 comentario:

  1. Anónimo2/6/12

    maravillosa zona del norte de lorca. Pero una lástima ladevastación que estan haciendo las canteras demarmol, en una ZEPA i LIC no se puede permitir este desastre. ya es hora que alguien haga algo.

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